viernes, 12 de junio de 2009

LAS CINCO LIBERTADES EN LA MACROBIOETICA

Hablar de bienestar animal es tan relevante como hablar del bienestar de todo el ambiente y de los seres vivos que en el habitan; en su sentido práctico el Consejo de Bienestar de Animales de Granja de Gran Bretaña (FAWC - Farm Animal Welfare Council) implemento hace varias décadas algunas estrategias de valoración del bienestar conocidas como “las cinco libertades”.

Las cuales pueden ser utilizadas como indicadores de bienestar al momento de valorar la condición de vida y el estado de un animal, en especial si se encuentra en cautiverio (adaptación Calderón, N. 2005):

- Libre de hambre, sed y malnutrición:
los animales deben contar con acceso al agua y una dieta para mantener la salud y energía (bienestar nutricional); es necesario conocer sobre la conducta trófica o alimentaria de los animales a nuestro cuidado; además de evaluar dónde se almacena el alimento y cómo se administra: cantidad de ración, componentes, horario y método.

- Libre de incomodidad o disconfort:
evitando el estrés ambiental, ofreciendo un entorno apropiado, facilitando suficiente espacio (complejidad) e instalaciones adecuadas que promuevan o faciliten el enriquecimiento ambiental; para esto será muy importante conocer sobre el comportamiento territorial, la conducta espacial y la forma como el animal administra sus espacios y su tiempo. Mas que el espacio en sí, lo que tendremos que evaluar es la complejidad del mismo y la oportunidad que el animal tiene de utilizarlo biológicamente. Indudablemente poder identificar aquellos factores de estrés ambiental como extremos de temperatura, sonidos de especies competidoras y/o predadoras y el ruido (contaminación auditiva), los olores (conocimiento y modulación de las feromonas, en especial las de alarma y en general todas las señales que involucren el canal químico de comunicación), la competencia descontrolada entre los animales del encierro, el confinamiento prolongado, la falta de actividad física y social, etc.

- Libre del dolor, heridas, lesiones y de la enfermedad:
previniéndolas o evitándolas, diagnosticándolas oportunamente y tratándolas de forma rápida. Garantizando el “buen estado”, entendido como la condición del animal que refleja una buena salud y armonía entre él y su medio.
Además identificando e interpretando el comportamiento resultante del dolor (propio de cada especie), como: posturas antiálgicas, inactividad, inquietud, irritabilidad, posturas rígidas, vocalización anormal, hiporexia y anorexia, lamido y mordeduras autoinflinjidas (generalmente asociada al área afectada), etc.

- Libre de miedo, angustia y ansiedad: evitando condiciones que faciliten el sufrimiento mental del animal o estrés mental. Evaluando sus actitudes como: hipervigilancia, hiperactividad, aislamiento, irritabilidad, estereotipias, comportamientos “obsesivos compulsivos”, tics, actitudes de temerosidad y nerviosismo frente a la interacción con el manejador o con los otros animales del encierro. Identificación y diagnostico de síntomas psicosomáticos: especialmente dermatológicos y digestivos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario